Todavía existen pesonas que la copa menstrual le genera incertidumbre sobre su uso y seguridad, pues bien, como ya os hemos hablado anteriormente de todas sus ventajas y funcionamiento, vamos a analizar algunos estudios científicos que se han publicado al respecto.
Aunque la copa menstrual parezca una alternativa menstrual novedosa, ya existía hace más de 80 años y por eso algunos análisis datan de esa época como el publicado por la revista Obstetrics & Gynecology en 1962 en la que se presenta a la copa menstrual como la alternativa perfecta para evitar infecciones vaginales.
Por otro lado, el resto de estudios que hemos encontrado hacen referencia sobre todo al problema que causan tampones y compresas como es el Síndrome del Shock Tóxico. En la copa menstrual no se han encontrado toxinas responsables de esta enfermedad debido a que su composición es de silicona médica y por lo tanto es un material biocompatible. De hecho, durante los últimos años han aumentado los análisis realizados por esta enfermedad y su relación con las alterantivas menstruales por lo que ya se conocen exactamente qué tipo de fibras presentan más riesgo.
Por este motivo, entre otros muchos, científicos y ginecólogos recomiendan el uso médico sobre la copa menstrual como una buena opción para estudiar los fluidos que se expulsan por la propia usuaria y conocerse más a sí misma para ver cualquier tipo de anormalidad. Además, éstos se recogen, no se absorben por lo que no se alteran ni se mezclan con otras sustancias y es una gran ventaja para estudiar por ejemplo la endometriosis.
Si ampliamos horizontes, existe un trabajo publicado en el Journal of the Economic European Association en 2012 que habla sobre cómo dos meses después de haber distribuido copas menstruales entre niñas de Nepal se había extendido su uso gracias al efecto boca en boca.
Por lo que vemos a grandes rasgos, los testimonios son muy favorables sobre la copa menstrual por lo que ¿todavía no te has unido a ella?
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