¡Hola chicas! ¿Cómo estáis?
Hoy vamos a hablar de los disruptores hormonales, muchas de vosotras os preguntaréis qué son y cómo nos afectan en nuestro día a día (están más presentes de lo que creemos, convivimos con ellos).
Los disruptores endocrinos son todo un seguido de sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal y de desarrollar enfermedades relacionadas con la salud reproductiva de la mujer como cáncer de mama, problemas de fertilidad…etc. También pueden perjudicar a la salud masculina (problemas de próstata o pérdida de calidad seminal). Incluso, los disruptores incitan la aparición de trastornos metabólicos como diabetes u obesidad.
¿Dónde se encuentran los disruptores?
Están más presentes en nuestro día a día de lo que imaginamos (alimentos, pesticidas, productos de higiene personal y limpieza, materiales plásticos, ropa, juguetes…) Incluso cuando usamos los métodos convencionales para la menstruación (como compresas o tampones) contienen las famosas dioxinas y, mayor o menor medida plástico y restos de pesticidas.
La ANSES (Agencia Nacional para la Seguridad Alimentaria del Medioambiente y el Trabajo francesa) señaló la presencia de dioxinas, en productos para la menstruación desechables. Entre estas sustancias preocupaba especialmente el DEPH, un tipo de ftalato que se asocia a la infertilidad. A veces no desarrollamos estas patologías pero las llevamos dentro, pudiendo llegar a transmitirlas de generación en generación.
Y os preguntaréis, ¿por qué no las prohíben? La Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró una lista en la cual hay aproximadamente unas 800 sustancias químicas que son sospechosas de actuar como disruptores endocrinos. El problema es que no hay una determinación clara relación causa-efecto. A día de hoy, la única medida posible es la advertencia sobre el uso de determinados materiales plásticos.
De momento, la única medida posible es la advertencia sobre el uso de determinados materiales plásticos, de las que cabe extraer una serie de consejos prácticos para limitar la exposición a disruptores endocrinos:
- Evitar artículos fabricados de policarbonato o cloruro de polivinilo, en particular si se utilizan para envasar alimentos o productos dirigidos a niños (juguetes, ropa, etc.)
- Utilizar botellas o envases de vidrio y evitar los de materiales plásticos, ya que liberan ftalatos (BPA).
- Asegurarse que los chupetes y las tetinas del biberón no se han fabricado con bisfenol A.
- Las latas de conservas están recubiertas en su interior por una película película plástica que libera bisfenol A, por lo que recomienda reducir al máximo el consumo de alimentos enlatados.
- También hay que evitar los alimentos que se venden en bandejas de poliuretano y están recubiertos con un film de PVC.
- Los tickets de compra o de los cajeros automáticos también contienen bisfenol A y éste puede ser absorbido a través de la piel.
Se ha investigado también los efectos sobre los animales, con diferentes tipos de animales (peces, aves y mamíferos) y tras inyectar estos disruptores, se observaron efectos permanentes en los animales cuando estos llegan a la vida adulta.
Personalmente, considero que se tendría que investigar detalladamente este tema y no dejar salir a la venta todos los productos que contengan sustancias perjudiciales.
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