¿Sabíais que los tampones y compresas, elementos confeccionados para la higiene íntima de la mujer durante la menstruación, además de ser tóxicos, son contaminantes durante su proceso de fabricación y desechado?
Pues sí, esto es debido al cloro y el polietileno que contienen hace que se contamine el agua y tarde más de 150 años en degradarse por completo. ¿Os podéis imaginar la cantidad de toneladas que cada año millones de mujeres generan e impactan directamente en el medio ambiente?
Para hacernos una idea, una mujer utiliza una media de 25 tampones o compresas en cada ciclo menstrual: un total de 300 al año. Alrededor del mundo se calcula que un 30% de mujeres está en edad menstrual lo que supone un total de más de dos millones de mujeres, es decir, se desechan alrededor de 94.500.000.000 de tampones y compresas. Toneladas de plástico y elementos contaminantes que tardan mucho en degradarse y no tienen posibilidad alguna de reciclarse.
Y eso sin mencionar los embalajes que llevan éstos mismos. Sin duda, una cifra escalofriante que entre todas deberíamos cambiar. Para ello, la única alternativa de la actualidad que no contamina el medio ambiente es la copa menstrual, un producto que cuida el cuerpo de la mujer porque no está fabricado con ningún componente químico y es reutilizable.
Así que si eres de las que les gusta cuidar su cuerpo y colaborar con el sostenimiento del medio ambiente, pásate a la copa menstrual.
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