Se suele decir que las copas menstruales son poco higiénicas porque el flujo lo vaciamos nosotras mismas a pesar de que nunca lo llegamos a tocar, pero ¿qué me decís de una compresa que se pega a las bragas y que aboserbe el flujo para crear una especie de gelatina con un olor desagradable por quedarse expuesto durante horas? Esto sucede porque en el momento que el flujo sale de la vagina y entra en contacto con el aire se produce inevitablemente la sensación de humedad con la consecuencia del olor.
Es cierto que en los anuncios que vemos normalmente, el flujo se transforma en un líquido azul en el que vemos cómo la compresa lo absorbe olvidando que la menstruación de una mujer no es tan higiénica como hacen creer a través de esa simulación, sino que es sangre y mucho más sólida. De esta forma, podemos comprobar que no siempre la compresa abosrve todo nuestro flujo quedándose totalmente expuesto a nuestro órgano femenino y pudiendo así provocar infecciones.
Esto nos hace que nos tengamos que cambiar muy a menudo de compresa para evitar esa humedad y que tengamos que ser especialmente cuidadosas con la higiene íntima durante esos días.
Pero es que por si fuera poco, su composición está compuesta por blanqueantes causante de la enfermedad del síndrome tóxico en mujeres y no son desechables, es decir, una simple compresa utilizada 2 horas tarda millones de años en desintegrarse.
Dicho todo esto, ¿aún no quieres pasarte a la copa menstrual?
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