La primera menstruación es un punto de inflexión en la vida de toda mujer que fisiológicamente significa el paso de niña a mujer y que normalmente solemos recordar siempre.
De hecho, suele ser una etapa entre los 10 y 16 años en la que todas estamos pendientes de este momento y más cuando algunas de nuestras amigas ya la tiene. En este sentido, la edad es un importante factor relacionado con la salud, puesto que los expertos aseguran que cuanto mas tardía es la edad a la que nos llega es porque existe una mejor alimentación y hábitos de vida. Menstruaciones tempranas están relacionadas con las hormonas que comemos.
Por supuesto, la genética es otro factor muy presente durante la primera menstruación donde la edad de la menarquía de la madre o abuela puede dar datos aproximados.
Sin embargo, otro de los factores que inciden en la llegada de la primera menstruación según algunos estudios publicados es el estrés infantil en el que si éste es elevado, es probable que se menstrue más temprano. Es el caso por ejemplo del sufrimiento de una separación complicada de los padres.
Por supuesto también influye el estilo de vida que llevemos de niñas, como la realización o no de ejercicio, la obesidad, el tipo de alimentación, ser fumadora pasiva…
La raza también influye en este sentido ya que la edad media en la que las niñas empiezan a menstruar es diferente si son anglosajonas, latinas, afroamericanas o asíaticas.
Dicho todo esto, tener una menstruación temprana (antes de los 10) favorece la aparición de problemas del corazón o cáncer de mama porque son más los años en los que el organismo está expuesto a niveles altos de estrógeno. En líneas generales menstruar más tarde parece ser mejor para la salud.
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