En artículos anteriores hemos hablado sobre la importancia del color de la sangre menstrual para identificar posibles alteraciones hormonales y problemas de salud, sin embargo, ¿sabíais que el color de nuestro cabello también nos indica cómo está nuestro organismo?
A lo largo de nuestra vida es normal que nuestro color de pelo no sea el mismo, por ello algo tan común de oír como por ejemplo: «Yo de pequeña era rubia» , pues bien, debido a los cambios en la alimentación, las hormonas, el clima o al envejecimiento aunque a veces un cambio en la pigmentación es síntoma de una enfermedad.
Los cabellos con tendencia al rubio o rojizo pueden ser consecuencia de una exposición muy prolongada al sol por lo que tienen más posibilidad además de desarrollar degeneración musucular.
Si nuestro pelo notamos que cambia de forma natural hacia un castaño oscuro o negro es porque probablemente vayamos a sufrir calvicie por tener un menor número de folículos consecuencia también de la falta de hierro y otros nutrientes.
El pelirrojo no es muy común pero aquellas mujeres que tienen su pelo de este color han sufrido una alteración genética pero que para nada es malo ya que les ha hecho más resistentes a algunos analgésicos.
Por último, si nuestro pelo va cogiendo tonos plateados o blanco es porque inevitablemente la edad no perdona y lleguen las temidas canas, un símbolo de vejez consecuencia de la disminución de los niveles de melanina en el cuerpo.
Entonces ¿qué pasa si nos teñimos? En estos casos es imposible identificar problemas de salud a través del tono que va adquiriendo nuestro cabello, pero si lo tienes de tu color natural, ya sabes algunos indicios que puedes sufrir a través del pelo como síntoma de que algo está cambiando en el organismo.
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