Aunque muchas personas crean que la copa menstrual es un invento de la CUP o que nació en Cataluña después de los acontecimientos de los últimos meses, la menstruación sigue siendo un tabú y por lo tanto un gran negocio para las grandes empresas de tampones y compresas que no ponen freno a la contaminación por los residuos que generan.
En contraposición a esto, nos encontramos con la alternativa de las copas menstruales cuyo origen es más antigüo del que muchos creen y es que e lMuseo de la Menstruación y Salud de la Mujer den Maryland en Estados Unidos confirma que ya existían rudimentarias copas menstruales desde 1867. Ahora bien, la primera patente se remonta a principios del siglo XX cuando la estadounidense
Sin embargo, a lo largo del tiempo sus caminos han sido muy diversos, ya que la copa menstrual dejó de fabricarse allá por los años 60 debido a que no era rentable y para algunas mujeres ésta era muy pesada y rígida.
No es hasta mucho más tarde, en 1987 cuando aparece en el mercado la copa menstrual de látex, reutilizable y en dos tamaños y a partir del 2000 se comienza a fabricar la primera copa menstrual de silicona médica con mejor acogida que las anteriores.
Sin embargo, en nuestro país todavía siguien siendo una alternativa desconocida por muchas mujeres a pesar de sus cuantíosas ventajas tanto para el medio ambiente, para nuestra economía doméstica y para nuestra flora vaginal ya que al ser reutilizable no generamos residuos a la naturaleza, al ser de silicona médica respeta nuestro organismo y su coste es muy reducido ya que su vida útil es de hasta 10 años.
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