La pobreza menstrual en España

Normalmente relacionamos el término de pobreza menstrual a países subdesarrollados, pero ¿sabíais que en un lugar como España también existe pobreza menstrual? Hay mujeres con dificultad para pagarse los productos para la regla lo que supone no solo un riesgo para su higiene, sino también para su salud y entorno social.

Algunos responsables de ONG en nuestro país aseguran la gran demanada de productos para la higiene menstrual que existe, especialmente en familias precarias, con miembros en paro o monoparentales.

Las mujeres aseguran que son productos muy caros y que al ser de uso tan habitual, muchas veces su acceso se hace complicado teniendo que renunciar a parte de su higiene.

El problema es que según los estatutos de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) no contemplan repartir este recurso a las entidades con las que colaboran. Los Bancos se financian con fondos de la Unión Europea, y cada país selecciona lo que cubre. En España por ahora la lista solo la componen alimentos.

Además simplemente debemos hacer un ejercicio de reflexión, cuando vas a donar para gente que lo necesita ¿te acuerdas de que las mujeres también menstrúan? Casi siempre vamos al plano alimentario pero la realidad es que los productos de higiene menstrual son de los que más se necesitan.

La pobreza menstrual existe en España. Tan sólo tenemos que fijarnos en la cantidad de baños públicos existentes. Son mínimos. Tienes que acudir a un bar y consumir algo para poder hacer uso de ello cuando el saneamiento es un derecho humano reconocido.

En nuestro país la pobreza menstrual es ignorada y prueba de ello es como las copas menstruales, tampones o compresas ni siquiera están cubiertos por el Sistema Nacional de Salud. Por no mencionar el IVA soportado del 21% tal y como si fuera un artículo de lujo.

En definitiva, el problema de la pobreza menstrual es global y lo tenemos mucho más cerca de lo que creemos por eso una de las mejores alternativas para luchas contra ella es la expansión de la copa menstrual. Al ser reutilizable es mucho más económica y ecológica y ha supuesto un cambio para millones de mujeres en el mundo. Su acceso es más fácil que cualquier producto desechable.