Hacía mucho tiempo que no hablábamos de temas de embarazos así que hoy nos lanzamos con ese momento en el que «rompemos aguas«. Pero ¿cómo poder saber que realmente nos ha pasado eso y no confundirlo con una pérdida de orina?
Bueno, debemos partir de la base de que no todas las mujeres rompen aguas, algunos bebés nacen con el saco amniótico intacto pero otras se rompe unas horas antes de que se produzca el nacimiento.
Es un síntoma de que nos vamos a poner de parto aunque no debemos perder la calma porque no es inmediato a no ser que se produzca antes de la semana 37 que puede ser peligroso.
Realmente lo que nos sucede es que perdemos el líquido amniótico que ha rodeado al fetodo durante todo el embarazo. No duele y se suele notar un hilillo de líquido por las piernas que muchas mujeres lo confunden con una pérdida de orina porque no siempre esa rotura es muy escandalosa. El problema es que como la incontinencia es tan frecuente durante el embarazo, es fácil confundirlo. Para saberlo te recomendamos:
Empapar el líquido en una toalla blanca para observar su color ya que la orina es amarillenta y el líquido amniótico transparente y no huele. Si realizas ejercicios Kegel y mantienes el músculo de la pelvis apretado el escape de orina sabes que cesa, si lo haces y no es así, sabes que es la rotura de las membranas.
Es entonces cuando debes coger la bolsa del hospital y acudir a él porque el parto se suele producir entre las 12 y 24 horas posteriores a la rotura de la bolsa.
A partir de entonces ¡mucha suerte en el parto! Y si quieres conocer más noticias como ésta, síguenos cada semana en el blog de Copas Menstruales.
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